Es lindo reencontrarse con algo tan bueno como el fútbol en forma de cuentos, en forma de relatos de vida y amor por algo tan inexplicable y que nos gusta tanto. En medio del caos que es este deporte acá en Argentina (porque si vamos a arruinar las cosas, las arruinamos bien, no es cuestión), poder ver las cosas de otra manera, sentirlas como se merecen, como nos merecemos, no es poco, sino todo lo contrario. Mariandina volvió, en forma de fichas, en forma de madurez, demostrando que el mundo del fútbol es maravilloso, que las historias que se tejen a su alrededor nos pueden hacer reír, llorar, putear, logrando que estemos del otro lado, a la par de los personajes, en esos lugares tan pintorescos, tan lindos, tan llenos de emoción. Te dan ganas de estar con ellos, de vivir esos momentos, de jugar esos partidos de la vida, de abrazarlos. No es fácil que un libro te haga sentir eso y es buenísimo que te pase. El formato es el mismo, 11 escritores mendocinos, 11 cracks, una selección ...