Buenas y santas gente. Para no perder la costumbre de escribir cada mucho tiempo, acá estoy para hablarles un poco de un libro salido del horno hace muy poco: Que lo cuenten como quieran.
Escrito por el colectivo "Cooperativa del libro", autores de joyas como Mariandina y el no menos bueno Mariandina 2. En esta oportunidad con algunas adiciones, gente nueva, un recambio que no trae más que buenas historias.
Creo que un acierto del grupo fue haber decidido haber cambiado la temática hacia algo libre, porque en muchos casos se notó que el potencial no era sólo en las historias futboleras, sino que había bastante más para decir. Ojo que los cuentos de fútbol me encantan, pero un cambio de frente temático (nunca mejor aplicado), vino bien. Dije creo al comienzo de este párrafo, no sólo por lo que me parece a mí, sino porque también asumo que a ellos les vino bien salirse un poco del molde y apuntar a otros rumbos.
Siempre mi nota cholula va en mencionar a mis amigos, quienes forman parte del libro, en este caso Nacho de la Rosa, Fede Fayad y Gonza Ruiz, cracks de las letras con sentimiento.
Sin más prolegómenos, voy a nombrar cada cuento y autor con lo que yo siento de cada uno.
Diamante, María José Thomatis: una dura historia de misterio, soledad y la búsqueda que muchos hemos tenido en algún momento de la vida.
El momento, Ezequiel Derhun: la manija que siempre nos damos para enfrentar situaciones en las que (no) queremos estar.
Servilleta de papel, Gonzalo Ruiz: rock and roll, amor y crudeza, una historia para tirar una lágrima.
Pepe contra la muerte, Gonzalo Glorioso: una utopía, de esas que no vemos nunca por estos lugares.
Un viernes cualquiera, Francisco Perez Osán: eso mismo, esas charlas hermosas que todos hemos tenido un viernes cualquiera con amigo y un buen trago.
Libre de culpa, Daniel Calivares: el policial es mi género preferido, esta historia tiene un crimen, detalles bien argentos y un poco de justicia al final.
El quinto "D", Ignacio de la Rosa: esos misterios y mitos urbanos que tan bien caen en una noche de historias de miedo.
Callejones, Juan Azor: bellos paisajes mendocinos, un camino, un sueño, un cuento hermoso.
Perder la palabra, Federico Fayad: otro paisaje mendocino, un poco más áspero, pero no menos bello, un destino imposible de cambiar.
Otra vez Mariana, Juan Martín Alonso: una historia de amor de esas que a todos nos gustaría tener.
Manuel, Pablo Philippens: la vida misma, la montaña rusa que de a poco y lamentablemente nos consume.
Corazón de bonarda, Rogelio Aguilera: un cuento de amor triste y fuerte, rodeado de la más linda Mendoza.
Epílogo, Jessica Rojo Savard: una historia adentro de una historia, un destino escrito y en blanco al mismo tiempo.
El libro lo pueden conseguir en:
Escrito por el colectivo "Cooperativa del libro", autores de joyas como Mariandina y el no menos bueno Mariandina 2. En esta oportunidad con algunas adiciones, gente nueva, un recambio que no trae más que buenas historias.
Creo que un acierto del grupo fue haber decidido haber cambiado la temática hacia algo libre, porque en muchos casos se notó que el potencial no era sólo en las historias futboleras, sino que había bastante más para decir. Ojo que los cuentos de fútbol me encantan, pero un cambio de frente temático (nunca mejor aplicado), vino bien. Dije creo al comienzo de este párrafo, no sólo por lo que me parece a mí, sino porque también asumo que a ellos les vino bien salirse un poco del molde y apuntar a otros rumbos.
Siempre mi nota cholula va en mencionar a mis amigos, quienes forman parte del libro, en este caso Nacho de la Rosa, Fede Fayad y Gonza Ruiz, cracks de las letras con sentimiento.
Sin más prolegómenos, voy a nombrar cada cuento y autor con lo que yo siento de cada uno.
Diamante, María José Thomatis: una dura historia de misterio, soledad y la búsqueda que muchos hemos tenido en algún momento de la vida.
El momento, Ezequiel Derhun: la manija que siempre nos damos para enfrentar situaciones en las que (no) queremos estar.
Servilleta de papel, Gonzalo Ruiz: rock and roll, amor y crudeza, una historia para tirar una lágrima.
Pepe contra la muerte, Gonzalo Glorioso: una utopía, de esas que no vemos nunca por estos lugares.
Un viernes cualquiera, Francisco Perez Osán: eso mismo, esas charlas hermosas que todos hemos tenido un viernes cualquiera con amigo y un buen trago.
Libre de culpa, Daniel Calivares: el policial es mi género preferido, esta historia tiene un crimen, detalles bien argentos y un poco de justicia al final.
El quinto "D", Ignacio de la Rosa: esos misterios y mitos urbanos que tan bien caen en una noche de historias de miedo.
Callejones, Juan Azor: bellos paisajes mendocinos, un camino, un sueño, un cuento hermoso.
Perder la palabra, Federico Fayad: otro paisaje mendocino, un poco más áspero, pero no menos bello, un destino imposible de cambiar.
Otra vez Mariana, Juan Martín Alonso: una historia de amor de esas que a todos nos gustaría tener.
Manuel, Pablo Philippens: la vida misma, la montaña rusa que de a poco y lamentablemente nos consume.
Corazón de bonarda, Rogelio Aguilera: un cuento de amor triste y fuerte, rodeado de la más linda Mendoza.
Epílogo, Jessica Rojo Savard: una historia adentro de una historia, un destino escrito y en blanco al mismo tiempo.
El libro lo pueden conseguir en:
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